Según la OMS, la depresión es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. La enfermedad tiene un gran impacto en la vida de las personas que la padecen, tanto a nivel psíquico como físico, haciendo que no sean capaces de desarrollar una vida plena. Esto, unido al estigma y prejuicios que posee la sociedad sobre la salud mental, provoca que la parte de la población que sufre problemas de esta índole no sea capaz de ser independiente, ni evolucionar a nivel personal ni profesional. En concreto, el ámbito laboral no favorece la inclusión social de este colectivo, a la vez que agrava los trastornos que padecen.
El pasado 1 de octubre se celebró el Día Europeo de la Depresión. Propuesto por la Asociación Europea para la Depresión (EDA) hace casi 20 años, este día busca concienciar sobre este trastorno mental que sufren casi 300 millones de personas en todo el mundo. Desde la pandemia, hemos podido observar como la salud mental ha ido obteniendo más visibilidad, aunque, lamentablemente esto se deba al aumento de casos de trastornos mentales. De hecho, se estima que en Europa existen 30 millones de pacientes con depresión crónica y, sólo en España, casi 3 millones de personas tienen un diagnóstico de depresión y cada año son más.
Es por ello que con este día se pretende crear conciencia y promover una mejor comprensión del impacto de la depresión en la vida de las personas, sobre todo, para hacer frente al estigma y la discriminación que sufren en todos los ámbitos. No hay que confundir este trastorno con las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana. La tristeza o las preocupaciones ante situaciones adversas forman parte de la normalidad y su presencia no implica un trastorno depresivo. La depresión puede llegar a convertirse en un problema de salud serio, llegando a impedir a las personas que la padecen realizar las actividades habituales en todos sus ámbitos, tales como ir al trabajo o a hacer la compra. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la principal causa de discapacidad en todo el mundo.
El ambiente laboral: discriminación y agravación de las personas que sufren problemas de salud mental
A todo lo que acarrea la incapacitación del desarrollo de tareas diarias por problemas de salud mental, se suma el recelo que tiene la sociedad sobre los trastornos mentales, provocando que las personas afectadas no puedan disfrutar de una vida plena ni de un desarrollo personal y profesional. En concreto, el mercado laboral posee multitud de carencias que impiden una inclusión social real de las personas con problemas de salud mental. Según los últimos datos del INE de 2.021, la discapacidad psicosocial es la segunda con menor tasa de empleo; de las personas con este tipo de discapacidad, solo un 17,7% tiene trabajo.
Tal y como recoge el Informe sobre el estado de los Derechos Humanos 2022, publicado por la Confederación Salud Mental de España, el estigma y los prejuicios que mantienen muchas empresas y Administraciones públicas constituyen dos de las principales causas de la elevada tasa de desempleo y unos de los mayores obstáculos a los que se enfrentan las personas con problemas de salud mental. Tal es así, que un 11% de las personas diagnosticadas con un problema de salud mental dice no haber contado su diagnóstico a nadie, según se pone de manifiesto en el estudio ‘La situación de la salud mental en España’, publicado por la Confederación Salud Mental España y la Fundación Mutua Madrileña. El estudio revela que el miedo a generar desconfianza y a ser etiquetadas hace que las personas con trastorno mental eviten revelar su problema en una entrevista de trabajo. Esta desconfianza, según los datos que aporta este informe, está más que justificada ya que más de la mitad de las personas diagnosticadas ha sufrido rechazo social (58,5%) o discriminación (55%), siendo el trabajo el lugar más habitual, señalado en alrededor de 1 de cada 3 casos de discriminación.
Por ello, tal y como recoge el Informe sobre el estado de los Derechos Humanos 2022, desde la Confederación se apela a la urgencia de “mejorar, reforzar e impulsar medidas para que las personas con problemas de salud mental puedan trabajar; y esto pasa por promover una cultura del trabajo que favorezca una buena salud mental, la formación y concienciación de todas las partes de la organización, la adaptación del puesto de trabajo, el establecimiento de cuotas de reserva de empleo, el desarrollo de una red de apoyos, la creación de cooperativas sociales, y el establecimiento de entornos protegidos enfocados a la inclusión social”.
A su vez, el mismo informe reivindica que las empresas efectúen un replanteamiento de su funcionamiento, desde el momento en el que el ámbito laboral se perfila como una de las principales fuentes de origen de problemas de salud mental. Este estudio demuestra que la dinámica empresarial de obtener más beneficio sin aumentar el número de personas empleadas, ni las horas, parece que no está logrando su objetivo de rentabilizar y maximizar beneficios. La investigación concluye que asegurar unas condiciones de empleo adecuadas podría reducir un 60% los casos de mala salud mental de las trabajadoras y un 80% los casos de los trabajadores.
González Zapico, presidente de la Confederación, defiende que “cuando se sobrepasa el nivel de exigencia más de lo razonable, llega un punto en que ya no es rentable ni para la persona trabajadora ni para la empresa, y si no se adoptan medidas, esto tiene una clara repercusión en el incremento de las bajas laborales”. De ahí, la importancia de “potenciar la concienciación de la responsabilidad social y de las organizaciones respecto al bienestar psicológico en el lugar de trabajo, aunque solo sea por una cuestión capitalista”.
A través de este informe anual, Salud Mental España anima a los equipos de recursos humanos y de dirección a crear una cultura de empresa que favorezca una eliminación, o al menos una reducción, del estigma en torno a la salud mental, de manera que las personas se sientan cómodas y capaces de hablar de los problemas y generar sinergias de apoyo y comprensión, que vayan acompañadas a su vez de medidas para controlar factores de riesgo (como la carga y las horas de trabajo).
Por este motivo, la Confederación ha puesto en marcha el Observatorio Estatal de Salud Mental, Derechos e Igualdad, gracias a la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. El Observatorio es un espacio pionero de denuncia, reflexión, información y defensa de los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental. Si piensas que tus derechos no se están respetando por tener un problema de salud mental o si tienes preguntas al respecto, no lo dudes, cuenta tu caso.
¡El estado de tu salud mental no determina quién eres, ni tu talento!